EL MÉTODO TEACCH: UN MÉTODO EFICAZ PARA EL DESARROLLO DE LA AUTONOMÍA EN EL ALUMNADO CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA

Las siglas del método TEACCH (Treatment and Education of Autistic and Related Communication Handicapped Children) significan en castellano “Tratamiento y Educación de Niños con Autismo y Problemas Asociados de Comunicación”. Tras recabar información sobre este método y alentadas por sus satisfactorios beneficios decidimos implementarlo en nuestra aula de infantil con un alumno con Trastorno del Espectro Autista (TEA), siendo esta una experiencia enriquecedora y beneficiosa tanto para él, como para el resto de los compañeros de su aula. 

Esta experiencia se desarrolló en un aula ordinaria de Educación Infantil del CEIP LA Fuenfresca en Teruel y se centra en la creación de un rincón TEACCH y el uso de agendas visuales y de mesa. El aula está formada por 22 alumnos y alumnas de 4 años, entre ellos encontramos un alumno que presenta Trastorno del Espectro Autista.

Objetivos de la actividad

Entre los principales objetivos que se pretenden desarrollar con este método podemos señalar:

  • Facilitar la comprensión del entorno, tanto en el entorno escolar como en el familiar. 
  • Fomentar la autonomía en actividades habituales.
  • Aumentar su motivación y sus habilidades de exploración y aprendizaje.
  • Desarrollar la motricidad fina y gruesa a través de diferentes actividades.

Contenidos trabajados

  • Comprensión del entorno.
  • Ayuda en la comprensión del entorno que le rodea.
  • Autonomía.
  • Fomento de la autonomía en actividades cotidianas.
  • Gusto por realizar actividades habituales de forma autónoma.
  • Exploración de materiales.
  • Motivación hacia la exploración de materiales.
  • Valoración de los materiales como un recurso enriquecedor.
  • Cuidado de materiales.
  • Motricidad fina y gruesa.
  • Desarrollo de la motricidad fina y gruesa.
  • Interés por el desarrollo de su motricidad fina y gruesa.

Recursos y herramientas 

¿Qué es el método TEACCH?

La metodología TEACCH se define como una enseñanza estructurada en la que se adapta el espacio del aula en zonas o rincones de trabajo; el tiempo, a través de tareas cortas y anticipadas; y el sistema de trabajo, aportando materiales por niveles. Estos aspectos proporcionan seguridad y tranquilidad al alumno, facilitan la comprensión de las situaciones, generan independencia al facilitar las estructuras necesarias para realizar los aprendizajes de forma autónoma y potencian la generalización de lo aprendido a nuevas situaciones. Por todo ello, este método de enseñanza forma parte de nuestra práctica educativa actualmente. 

Dentro del método TEACCH, es importante la estructuración visual del espacio, organizando diferentes zonas de trabajo indicadas con apoyos visuales, y la anticipación de las tareas, generalmente, a través de pictogramas.  Por ello, los principales recursos empleados son la agenda visual y la agenda de mesa mediante el uso de pictogramas de ARASAAC.

¿Qué es el rincón TEACHH?

Es una forma de facilitar la estructuración del ambiente que va a beneficiar a todo el alumnado y, especialmente, al alumnado con TEA. Nuestra aula cuenta con diversos rincones que indican un lugar físico en el que se realiza un determinado tipo de actividad. Cada rincón está adaptado a las actividades que han de realizarse en él, de manera que los niños asocian las actividades con los diferentes rincones.

El rincón TEACHH facilita la incorporación de actividades adaptadas al nivel de cada uno de nuestros alumnos. Algunos de los aspectos que trabajamos son, entre otros, la motricidad fina, el razonamiento lógico, la asociación del número con la cantidad, la percepción visual…

Desarrollo de la actividad 

La metodología TEACCH en nuestra aula. 

Nuestra clase, como la mayoría de las aulas de infantil, está estructurada  por rincones: el rincón de las construcciones, el del juego simbólico, el de la biblioteca, el de plástica, el de las nuevas tecnologías y el rincón TEACCH.

El rincón TEACCH de nuestra aula está situado en una esquina de la clase, formado por tres mesas haciendo una “U”. En la mesa de la izquierda situábamos las bandejas con las actividades que tenía que ir realizando, en la mesa central hacía la tarea y la pasaba, una vez finalizada, a la bandeja de la mesa de la derecha. Es importante señalar que justo encima de la mesa del centro y a la altura de los ojos del niño situamos una tira de velcro en la que colocábamos, con pictogramas, la secuencia de actividades a realizar, cuyo último pictograma tenía la foto del adulto al que debía dirigirse para decirle, o indicarle que ya ha terminado.

Todas las tareas que se realizan en el rincón TEACCH las puede llevar a cabo de forma autónoma, para asegurarnos de ello previamente se habían trabajado con él de forma individual.  Además, es necesario que las tareas tengan un principio y un final claro, con la finalidad de que el alumno conozca la duración de la tarea y cuando la puede dar por finalizada.

Algunas actividades que desarrollamos en este rincón son: creación de figuras con depresores (el alumno debe copiar el modelo fijándose muy bien en la posición y colores de los depresores), cometas con números (insertando tantas bolas como indique la cometa), depresores con clips (colocando tantos clips como se indica en el número con el que está etiquetado), monstruo con ojos (se tira el dado y se van poniendo en el monstruo el número de ojos que se ha obtenido en el dado),  tarjetas con números (situar una pinza en el número que indique el número de elementos que encontramos en la tarjeta), pasteles con números (depositando tantos pompones como indica el pastel)… También se utilizan materiales y juegos didácticos como puzles, pinchitos, juegos de construcción, multicubos, bloques lógicos etc.

 

La última tarea siempre tiene que servir de reforzador, es decir, tiene que resultar una actividad gratificante para el alumnado.  En nuestro caso, al principio terminábamos con actividades de ensartar; pero, poco a poco, vimos que variaban sus preferencias y en función de estas seleccionábamos la “tarea reforzadora”, así pasamos por realización de puzles, escuchar música o pintar. 

En nuestra aula también utilizamos agendas visuales, herramienta cuya finalidad consiste en aportar información visual de forma estructurada y secuencial. Esta agenda ayudaba a nuestro alumno a planificarse y a anticipar las actividades que iba a desarrollar, es decir, le indica dónde va a estar, a qué lugar va a tener que ir después y qué tareas tiene que realizar. Le ayudan a procesar y organizar mentalmente las actividades en el espacio y tiempo, y le anticipa las tareas a realizar, aportándole seguridad.

Las agendas pueden realizarse con objetos reales, fotos, pictogramas, en función del grado de abstracción. En nuestro caso, tras el uso inicial de fotos, se usaron pictogramas. Todos los pictogramas utilizados fueron extraídos de la plataforma ARASAAC que viene de la unión de “ARA”  (aragonés) y “SAAC” (Sistemas de Comunicación Aumentativa y Alternativa).

Situábamos la agenda al lado de la pizarra en un lugar muy visible y de fácil acceso  para el alumno. Las actividades se secuencian en dos franjas horarias, desde la entrada al recreo y del recreo a la salida a casa, al no quedarse al comedor. Tras quitarse el abrigo nos dirigíamos con él a la agenda e íbamos nombrando y tocando cada una de las actividades a realizar.  En un primer momento vimos que no interiorizaba el lugar o la tarea que tenía que realizar, por ello decidimos poner pictogramas en los diferentes lugares de la clase: en la asamblea, los rincones, baño, almuerzo, lavabo… y en las diferentes tareas que podía realizar: puzles, rompecabezas… Así, tras coger el pictograma de la agenda, debía buscar el pictograma que habíamos colocado en la clase, facilitándole que se  ubicase en el lugar correcto y decidiéndose que volviera a dejar el pictograma en la tira. Al principio, dudamos sobre si esta era una decisión acertada, pero nos demostró que sí porque cogió la rutina con facilidad. Además, tener la agenda con todos los pictogramas nos facilitaba el recordar las actividades que había realizado, aspecto que utilizábamos para incidir en el vocabulario y en la comunicación. En el segundo trimestre, ya no fue necesario que cogiese el pictograma al haber interiorizado ya los diferentes lugares del aula.

 

Además de la agenda visual contamos con la agenda de mesa, en ella se recogen la tareas que debe realizar o si se cree necesario la división de esta en los pasos necesarios para su realización, por ejemplo, en una actividad que tenga que recortar y pegar se pondrá una secuencia de pictogramas en la mesa sobre recortar, pegar y después guardar la actividad que ha realizado. 

Destacamos que la evaluación de las actividades en el rincón TEACCH se llevó a cabo de forma cuidadosa y constante, adaptándola a las características y a la evolución, necesidades, intereses… del alumno. Durante el proceso se realizaron registros y se recogieron datos a través de rúbricas, cuadernos de campo, observación directa, etc.

Conclusión

Como conclusión queremos señalar que, tras nuestra experiencia, consideramos muy útil el método TEACHH para trabajar con alumnado con TEA, ya que permite ofrecer una respuesta educativa inclusiva atendiendo a sus características y necesidades, consiguiendo que el alumno aprenda de una forma más motivadora y autónoma. También contribuye al desarrollo de sus habilidades sociales y de comunicación, proporcionándoles seguridad y confianza, lo que repercute en un autoconcepto y autoestima positivos.

Isabel Macipe Hernández  y Delia Rubio González

CEIP La Fuenfresca (Teruel)