Vivenciamos en el aula de música.

Una vez escuché la frase, “Si los niños no aprenden como les enseñamos, enseñémosles como aprenden”.
Los 5 sentidos se convierten en vías de acceso, en canales de llegada de la información. Y podemos hablar de 3 canales predominantes: Visual, Auditivo y el Kinestésico.
A lo largo de nuestra infancia hemos podido desarrollar más algunos de estos canales, ya sea debido a predisposiciones genéticas o por influencia familiar y del medio cercano que nos rodeaba. Esto nos hará ser más sensibles a los datos que nos llegan por dichos canales, es decir, nos sería más fácil aprender si intervienen y menos cuando se reciben por los otros.
¿Qué significa esto en el aula?  Los alumnos/as captarán más o menos información a la hora de aprender, según por el canal por el que le llegue. Si soy más visual necesitaré imágenes para agilizar mi capacidad de retener conocimientos, pero si se me da a través de sonidos, con sólo explicaciones verbales, me resultará más difícil porque no es mi lenguaje sensorial habitual.
Nuestro compromiso es cubrir los 3 canales de aprendizaje, ya que nos es imposible saber cuál es el que predomina en cada alumno, tendremos que tener en cuenta a la hora de planificar nuestras clases utilizar los 3 canales de manera equilibrada: explicaciones verbales con cambios de voz, tono, volumen y que no sea plana durante toda la clase. Aporte audiovisual, esquemas y colores, resúmenes visuales y sin duda implicación y participación del alumnado, elementos emocionales, movimiento, risa… De esta manera, llegará a todos, por uno u otro canal.
Y teniendo en cuenta esto, en las clases de música el lenguaje musical para cubrir el canal kinestésico lo vivenciamos. 
– Nos convertimos en corcheas tomando en valor de medio tiempo, nos movemos por el espacio y cuando la música para, seguimos  la orden de convertirnos en: blancas, negras, redondas, jugamos con los valores del puntillo… y para ello nos debemos juntar a otras personas para formar el nuevo valor. (1ª foto)
– Una variante de este juego es convertirnos cuando la música deja de sonar en figuras y silencios musicales. Donde el error no cabe y la creatividad fluye. (2ª foto están formando una redonda con puntillo)
 

– Vivenciamos la agrupaciones musicales.  Nos movemos de nuevo por el espacio y cuando la música para, somos miembros de una rondalla, o de una big band, grupo de rock… haciendo que tocamos un instrumento de dicha agrupación.
– Vivenciamos la Forma Musical que tan difícil  es a veces de entender sobre el papel. Jugamos a través del movimiento, cambiando éste según suene A B, puentes, introducciones o CODAS. Le damos un dibujo a cada parte de la forma y finalmente nos convertimos en la propia Forma musical ( Forma binaria, Ternaria, Rondó…). Pueden decidir formar una I, A B  con el cuerpo como se ve en la fotografía o simplemente decidir que las A siempre serán de pie, las B sentado, el puente tumbado…
La creatividad en estos juegos se despliega y las posibilidades son infinitas. Se trabajar sin duda el pensamiento divergente y la abstracción, conectando con la verbalización ambos hemisferios. Dejando que sean ellos mismos los protagonistas de sus aprendizajes, siendo el maestro el que orienta. (Foto I A B Puente C puente A B A)
               

Paloma Rocafull Vallés
CEIP Emilio Díaz de Alcañiz.

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