Los niños deben estar en contacto con la Naturaleza. Deben aprender a conocerla y sentirse parte importante de ella. Es fundamental que la respeten y la quieran, no en vano, es uno de los mejores legados que podemos dejar a las futuras generaciones.
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Por eso, hoy os traigo una experiencia llevada a cabo en Perdiguera con un grupo de infantil cuya motivación parte desde el huerto que teníamos en el recreo.
Primero y, gracias a nuestro profe Dani, todos los alumnos del centro aprendimos conceptos básicos para el cuidado del huerto: siembra, riego, recolección… Así, entre toda la escuela conseguimos tener un huerto bastante bien cuidado y, para todos, era una parte importante de nuestro día a día escolar.
Los que me conocéis un poco, sabéis que para mí, la mejor manera de enseñar es a través del sentimiento, la ilusión y la diversión, por eso decidí ir un poco más allá aprovechando el interés que suscitaba el huerto en mis alumnos.
Y, de esta manera, fue como comenzamos nuestro cuento «Los bichos de mi huerto».
1. Pensamos qué bichos podían vivir en nuestro huerto, diseñamos cómo los haríamos, los creamos con materiales reciclados en equipo y les pusimos un nombre.
2. Inventamos el cuento entre todos y pensamos cómo íbamos a hacer las fotos para ilustrarlo.
3. Salimos al recreo y fuimos creando las diferentes escenas para fotografiarlas con el móvil.
4. Las descargamos e imprimimos a color para, entre todos, escribir debajo la historia.
5. Escaneamos todo y lo montamos en Calameo para que tenga aspecto de cuento. Y éste fue el resultado:
Este cuento, hizo que nos comprometiéramos más con el cuidado del medio ambiente y del mundo que nos rodea.
Por eso, decidimos crear nuestra gorra de cuidadores del planeta, hecha con gomaeva, la cual simbolizaba el compromiso que acabábamos de asumir. Además colocamos en ella un bicho de materiales reciclados tal y como eran algunos de los protagonistas de nuestro cuento.
Una vez que tuvimos hechas nuestras gorras, pudimos hacernos fotos con ellas. Luego, en la asamblea pensamos qué cosas podíamos hacer como cuidadores del planeta. Todas ellas giraron en torno al reciclaje, a mantener nuestra escuela limpia, ser responsables con el consumo del agua, el cuidado de nuestro huerto y la importancia de tener una alimentación saludable.
Con estos principios, elaboramos una frase pegadiza a ritmo de rap, en los que invitábamos al resto de colegio a unirse a nuestro compromiso. Cada niño o niña hizo el montaje de su foto con su frase en la PDI. Podían elegir el marco que quisieran, alguna pegatina que tuviera que ver con su frase, el tipo de letra…
A continuación imprimimos estos carteles y los plastificamos. De nuevo en asamblea, decidimos dónde colocar cada uno de ellos: en el huerto, en el baño, en las aulas de nuestros compañeros, en la nuestra, en el recreo…
Así, una mañana fuimos por las diferentes clases de la escuela contando nuestro compromiso y explicando con nuestras palabras qué significaban esos carteles, así como pidiendo la colaboración de nuestros compañeros para que nos ayudasen a cuidar el planeta.
Para finalizar, pedimos ayuda a nuestras familias para hacer un recetario en el que utilizáramos los mejores ingredientes de nuestro huerto escolar favoreciendo así una alimentación sana y equilibrada y el resultado fue inmejorable. Simplemente le facilité a cada familia una hoja con un marco y ellos se encargaron de hacer las recetas e ilustrarlas con sus hijos e hijas para que, después, el niño o niña fuera capaz de explicarlo a sus compañeros en clase.
Platos cien por cien saludables hechos por nosotros mismos con mucho cariño y dedicación para luego compartir con nuestros compañeros cuyas recetas podéis leer a continuación.
Para ver toda la experiencia con más detalle, no dudéis en visitar nuestra Wix «Los bichos de mi huerto» o nuestro blog «Un Mundo de Pequeñas Cosas»
Carolina Calvo García
CRA Bajo Gállego, Perdiguera Zaragoza
Que interesante… cuánto tiempo invertiste en la actividad?
¡Hola Maite! El proyecto se realizó durante el tercer trimestre, con una duración aproximada de un mes.
¡Un saludo!